Balas perdidas
29 de Julio, 2018
Quizás tan solo eran dos balas haciendo un efecto extraño en su trayectoria. Buscando un cuerpo cualquiera donde hacer explotar todos sus anhelos.

Quizás les cambió el punto de mira, y en realidad solo eran un disparo al plato despistado entre las sabanas de una de esas noches en vela.
Quizás fuera la inercia del último cartucho, sentenciado a no encontrar respuestas si quedaba atascado dentro de la recamara.
Quizás siempre habían estado fuera de alcance de sus mirillas, porque habían olvidado como se ve la vida si no es a través de un espejo retrovisor.
Quizás no les quedaran fuerzas para un nuevo amor, como a la pólvora mojada y a esos cuerpos que aún no han acabado de curar todas sus heridas.
Quizás oscilaban entre la paz y la guerra, por el miedo a caer abatidos en el campo de batalla, porque empezar a querer raramente hace más fácil dejar de hacerlo.

Quizás. Pero se miraron a los ojos más de tres segundos...
Y tal vez tan solo les cambio el ritmo del latido, pero instantáneamente sintieron que algo les alcanzaba directamente al pecho, y de repente descubrieron que nunca habían sido una bala perdida, pues sus almohadas podían confirmar que siempre habían sido un amor predestinado.