La aventura de vivir

30 de Diciembre, 2017

Bienvenidos al carrusel de las ilusiones las incertidumbres y los temores, a la montaña rusa que se construye diferente para cada uno, al juego del todo o nada, al tiempo efímero que a medida que das una zancada primero para poder dar después el siguiente paso, se fue y nunca volverá.

Bienvenidos a equivocarse y volver a intentarlo, a imaginar, esperar, lamentar, exigirse mucho, y también a darse una tregua. A vivir entre los imprevistos y el tiempo, que avanza sin nuestro consentimiento. A los deseos y las realidades que subsisten confrontadas, a las decisiones animosas, que después, como podemos, siempre vamos renegociando.

Bienvenidos a los síes, y a los noes, y a las dudas que nos sobrevuelan mientras tanto, a soñar bonito, a las tazas de café compartidas, a los amaneceres y los despertares que dan la vuelta a la almohada. A las canciones que te sorprenden, las llamadas que no esperas, las risas que se clavan en las costillas, a perder por momentos la conciencia del tiempo y el espacio.

Bienvenidos a las noches que se hicieron diminutas entre los labios, a los corazones, a los que les llegará algún día el último latido y los sentimientos que lo remiendan. A las palabras en las que dijimos de más, a los no esperes, a los no sé, al divertirse como niños. A las personas que traspasan la frontera del cariño convirtiéndose en parte de uno mismo, a aquellas otras que nos hirieron y de un día para otro se transformaron en extraños.

Bienvenidos a caer, errar, soñar, reír, y disfrutar de lo que de verdad importa, aunque a veces se nos olvide. A reconstruir valientes todo lo caminado, a prometernos a nosotros mismos cosas que después no hacemos. A empezar de cero, al dar segundas y terceras oportunidades. A reorganizar de nuevo la vida, sin entender a veces, ni siquiera hacia dónde vamos.

Bienvenidos a que a veces duela, porque aventurarse a vivir, comporta riesgos y un resultado incierto, pero también encierra palabras que sorprenden que se unen a caricias, a besos y a abrazos. Implica enamorarse sin quererlo, una ducha caliente, un piropo, un alago. Unas gotas de lluvia que se resbalan por el cristal, unos pensamientos cobardes perdidos en su continuo dialogo.

Bienvenidos a buscar, comparar y si no les convence cambiar de vida o darle la vuelta, porque en todo esto, solo existen las cosas prohibidas en las que nosotros mismos nos encerramos. Tomen la mano de alguien si lo necesitan, y aprovéchense que los nuevos propósitos por estas fechas están de saldo y regalen alguno, o compren de más, por si acaso, porque uno nunca sabe, hasta cuando...

Feliz Objetivo Nuevo