La copa de Rubin

22 de Julio, 2017

Hay días en los que se apaga la luz, y en esa noche oscura, ante el problema fondo-forma, incapaz de tomar decisiones o de ver ambas cosas a la vez, te encuentras en soledad Sin saber si lo que piensas es cierto o es solo parte de una ilusión que no quisiste o no supiste ver a tiempo, como aquellas veces que miras una foto borrosa e intentas averiguar si tu sales en ella o si solo son formas perdidas dentro de la inmensidad.

Así que tímido y acomplejado rebuscas entre los recuerdos y te juegas todo a que saldrá blanco, a que la fortuna esta vez si, estará de tu lado y seras capaz de ver ambas caras en un fondo que cada vez se va haciendo mas negro y llena tu mente de opacidad. Pero la verdad es que la razón te traiciona y la figura mas pequeña suele ser la elegida, no solo por ser mas sencilla, sino por ser la mas practica. Y es que el corazón y la razón mantienen desde siempre su propia lucha y para lo que uno es fácil, para el otro es inverosímil y en esta lucha solo la valentía decanta la balanza hacia el afecto, la emoción, la sensibilidad.

Por eso coges aire, cierras los ojos y estirado mirando las estrellas te adentras mentalmente en la escalera de Penrose, pensando que no hay vuelta atrás y que los cambios bruscos de color son solo parte del arco-iris que te quedan por vivir, en el próximo amanecer, en el siguiente atardecer que te devorará. Atrapado de esta forma en un espacio infinito, imposible y en el que a pesar de que no dejas de dar vueltas no entiendes ni en que momento ni en que lugar entraste, ni en porque la distancia entre lo que sucede y lo que imaginaste se va alargando mas y mas.

De repente eres consciente de que para vencer al miedo solo te queda volver al origen, al punto donde duele la razón y el corazón se desmorona para no encontrar jamas tranquilidad. Ilusión idiotizada, por lineas que convergen hacia un mismo lugar, sin saber tampoco donde te llevaran. Mientras insistentemente te preguntas ¿Donde se esconde la realidad?, ¿Donde se esconde la realidad? Nadie lo sabe, nadie la busca, porque habita en un lugar indeterminado entre tu verdad y su verdad.

Por eso puede ser jamas la encuentres, puede ser que des vueltas como Fraser dentro de una lunática, perturbada y demente espiral. Quizás termines rendido porque no te queden fuerzas para nada mas, quizás solo sea una mala noche y mañana cuando despiertes veras un nuevo punto de partida, el kilómetro 0 para escribir otro final. Mientras pasan las horas entre el mar de estrellas y el colchón que abraza tus miedos, sigue despierta la discusión que por siempre mantienen, tus expectativas frente a la realidad.