La maja y el cubo
18 de Noviembre, 2017
Cuatro mosqueteros de las causas perdidas, viviendo habitualmente cada uno en su historia, a momentos, todos en la misma. Con sus mochilas a cuestas, con sus cuentas pendientes y sus fantasías por cumplir. Apátridas, abriéndose paso como pueden, en este país semi-independiente de fronteras abiertas. Amantes de las mesas redondas y las conversaciones insondables. Amigos, por encima de todo lo demás.
Al. Saltándose su propia norma de llegar tarde siempre.
Na. Incoherente, analizando el silencio, sin dejar de hablar.
Al. Respetando la manía de no coger algo que abrigue.
Na. Exhausto, de querer nada y todo, antes de pisar.
Sentados todos frente a unas bravas y un perrito, a los que se les olvidó anoche cambiar la hora. Jugando a juegos de palabras que no salen, dividiendo por instantes la voz en parejas, publicando las primicias sobre el fondo de los botellines. Coqueteando con la tentación irreprimible de la imaginación psicoactiva. Camaradas, sin necesidad de mirar atrás.

Na. Fumándose el placer de vivir, segundo a segundo.
Al. Odiando a los "infants terribles" que no puede dejar de amar.
Na. Pensando en escribir sus mundos utópicos.
Al. Luchando por las causas "invisibles", sin agotarse jamás.
Esperando que la maja se defienda sola, y con ayuda, del acoso callejero que te envía a los parques a pasear. A que nos traiga un cubo, bien frío, con tres hielos, y un vino rancio. A que se nos evapore el aliento ajado. A buscar fecha a la próxima terapia grupal. Aliados, sin miedo a verse cada cierto tiempo. Sabiendo, que todo seguirá igual.
Na. En manga corta, no queriendo congelarse a la vuelta.
Al. Sentada tranquila sobre la silla, pero gesticulando sin parar.
Al. Exculpando las piruletas sin palo con forma de concha.
Na. Repitiendo comidas. Como por ejemplo: la fideuá.
- !No bebo más! - dice la discordancia, - Que tengo que coger la moto más tarde. Para dos minutos después, frente a la barra, sus deseos ya olvidados, se animan con un cartel que reza: Cubo de cervezas 5,90.
- ¡Decidido!, no queda más que hablar. "Gordas" historias que todos recordaremos perfectamente, aunque no estuviéramos exactamente allá. Leales soñadores, con la creencia compartida, de que el mundo se puede cambiar.

Al. Entonando, Tímida, Animosa, canciones de "boy scout".
Na. Cenando en solitario. - ¡Si te molesto, me pongo mirando hacia atrás!
Na. Siguiendo el juego a la locura. - ¡Tráeme otra birra!
Al. Haciendo deporte. Bajando cada dos minutos al baño a mear.
El último instante, sorprende a todos con un último truco de magia y hace aparecer tres magdalenas robadas y unas velas expertas. E intentamos averiguar si de sumar nuestras edades, la formula nos dará. ¡Adiós!, ¡Hasta la próxima! Se despiden los maestros de ponerlo todo siempre fácil, mientras meten el nestea de nuevo en la lata y pedalean su cansancio hasta la cama. Inevitablemente, se repite la frase separada de siempre.
- Por favor, no te vayas a dormir sin avisar.