La rima huele a su perfume

12 de Agosto, 2017

Hay versos que no son de quien los escribe, sino que son de quien los provoca, y por mucho que uno se esfuerce en poner el acento en cada palabra, la rima siempre termina oliendo a su perfume. Es en estos casos, cuando al poeta, solo le queda rendirse y asumir que el escritor es un mero títere en esta historia y dejarse llevar, por el aura serena de la verdadera protagonista.

En ese instante, es cuando uno se pregunta, si alguna vez algo de lo escrito le perteneció o si solo ha sido un naufrago a la deriva, al que las letras le llevaron a vivir aventuras de las que el creía ser el protagonista ,siendo tan solo una ilusión en sus quehaceres. Si alguna de las frases salieron realmente de sus dedos o si fueron los versos que no buscaba, los que le supieron encontrar. Si los amaneceres que aun no vivió, serán realmente suyos, o si su vida transitará entre las manos apretadas de su amante y por tanto le pertenecerá para siempre.

Si las horas que pasaron alejados, fueron así realmente o tan solo reinterpretaron la historia, para hacerla mas cómoda a su paso, si inventaron un mundo paralelo, en el que los dos mantuvieron la distancia para no tocarse, por miedo a darse cuenta de que en realidad seguían enamorados.

Mientras dormita en sus cavilaciones, sus palabras toman forma y de repente, el perfume se transformara en presencia y siente como fugazmente es besado por la reina de la belleza, para luego quedar aborrecido y olvidado. Pero antes de que se evapore, sus ojos se quedan clavados en los suyos y todo alrededor desaparece, incluso el fondo de la foto de la mesita de noche, aquella que vigila que mientras duerme todas las emociones permanezcan en su sitio, inalterables.

Despierta exaltado del profundo sueño de un minuto y se pregunta si los milagros existen, si es posible hacer cruzar de orilla a la cordura, y que se olvide de que alguna vez existió el buen juicio, mientras actúa imprudente, insensata e irresponsablemente. Si la locura entiende el significado de quimera y de imposible, si sus dedos son capaces de rendirse y los sueños de no remar en dirección al mas ilustre de los "oniros", que vence últimamente sus días y sus noches, con líricas armoniosas que actúan de adormidera.

Tras horas que se antojan eternas, cansado, triste y solo, termina preguntándose, si las palabras que su aroma le regaló en esa calurosa mañana del mes de agosto, traen promesas de sueños irrealizables, si el relato de ese encuentro entre su perfume y su sonrisa, sera solo eso, un segundo efímero que quedará grabado en su mente y en sus labios. Aquellos que se creían capaces de acabar historias y fortificar corazones, y que ahora dudan, de sin son capaces simplemente de cerrar la puerta.