Paisaje derretido
14 de Marzo 2025
"Hay un millón de cajas por mover y en ninguna de ellas está todo lo que hemos perdido."
¿Recuerdas? Cuando empezamos el viaje, te llevé a una isla. Un día, buceando sin aire, mientras el sol se escondía detrás del acantilado de nuestra cala, saqué de la nada una risa y luego te besé fuerte.
Once años más tarde, cenando en casa, enciendes la tele, sin decir una palabra.
- Tendí la ropa esta mañana y, sí cariño, cerré todo con llave. Te explico.
¿Por qué, con el tiempo, la risa perdió el salitre y lo nuestro se quedó ahí, mirando el mar en la cala?
¿Recuerdas? Tú me besaste primero, como la lluvia de agosto a un desierto herido. Ante ti, mi amor crepitaba en chimeneas de barro y yo, vida mía, yo te sentía mi persona favorita.
Ahora, todo nuestro contacto ha quedado reducido al sonido de unas voces cubiertas por membranas de un incendio extinguido.
¿Por qué, con el tiempo, cuando te mece el viento, ya no te rompes conmigo?

¿Recuerdas? Si se torcía una fiesta con el sol en los ojos, sin dormir ni nada, tú y yo soñábamos, mientras nos abrazábamos, con una casa donde caernos muertos.
Al fin tenemos casa, con un sofá enorme, un balconcito y un timbre que cuando suena a media tarde, se encuentra con que tú ya te has puesto el pijama.
Amor… ¿Es verdad que, con el tiempo, sin darnos cuenta, nos hemos olvidado?
¿Recuerdas? Nos esperamos tantos días frente a la puerta. Con el diafragma buscando abrigo y el amor enardecido gritando desear caer al abismo de tus brazos.
Mañana no cambiará nada, ni reconquista, ni batalla. Esa manera de mirar dejó de bailar hace más de mil noches.
- Supongo que es normal, no te castigues. Me digo

Pero… ¿Recuerdas? No faltarnos una semana, los cafés largos, las palabras llenas, etiquetar juntos las maletas.
¿Por qué, con el tiempo, las hojas del parque ya no caen de la misma forma?
La inexplicable seguridad de saberme descubridor de tus ojos en calma, se ha vuelto irreparable en un vértigo invisible.
¿Recuerdas? Amar el sonido de olas y el color de la puesta de sol, por recordarnos un futuro.
Lo que daría por hacerme pescador y volver todas las mañanas a esa playa.
¿Sabes por qué? Porque… Quizá, tal vez, solo nos recordemos como un nicho de cementerio.
Hoy vaciaré los bolsillos sobre la antigua mesa, donde colocamos hace años nuestra foto de pareja. Y al final, no sonará la puerta, sino la herida, y jamás podré volver a dormirme hasta mañana entre los huecos de tu pecho.