Personas refugio

2 de Diciembre, 2018

Sí, tengo que reconocerlo, he estado guardando un secreto hasta ahora. Lo he estado guardando porque quería hacerlo solo mío, codicioso, en modo Ebenezer Scrooge. Pero hoy al despertar me he dado cuenta de que sin saberlo, ya hacía tiempo que había llegado el momento de admitirlo.

No esperes que te cambie la vida, pues no consiste en transformar lo que tocas en oro cual rey Midas, ni de cómo conseguir la fórmula de la felicidad, o la de la eterna juventud. Se trata de algo mucho más minúsculo, algo que está en tu día a día, y que quizás no te hayas dado cuenta. Algo que pasa fugaz, algo que no hace ruido, algo tan insignificante como una sonrisa, algo tan poderoso como una palabra capaz de cambiar el mundo.

Así que llegado el momento, confieso:

Confieso que en esta vida existen personas refugio, sí, y que me gustan.

Que me gustan porque son sencillas, sin dobleces, ni medias verdades. Porque aman el momento presente y no se arrugan. Porque son personas cálidas de corazón, que son abrigo y no solo polvo. Porque te disparan a carcajada limpia, y te sienten, y se dejan sentir. Porque superan sus metas, y en las tuyas se alegran contigo. Porque abrazan por encima de los miedos, y están comprometidas con una causa, la que sea. Porque no necesitan de pretextos. Porque TE QUIEREN en mayúsculas. Porque son ventana al mundo, y rincón donde perderse.

Porque recuerdan las cosas que tú olvidas. Porque son "familia". Porque a pesar del pasado desaliñado, creen en un futuro intacto, porque si no son solución, nunca son problema. Porque se quedan sin obligación. Porque son melodía y piel de gallina. Porque son interés, pañuelo, mano, esencia, pero sobre todo cariño. Porque son punto de partida y de regreso. Porque son silencios acogedores, noches largas, y ese bullicio que precede al puro acto de rebeldía.

Porque te recolocan de ipso facto en su lista de prioridades. Porque son buenos días. Porque son puerto donde izar las velas. Porque no están siempre, porque a veces incluso se necesitan para ellos mismos. Porque no buscan ser ni los primeros ni los últimos. Porque son sentimiento, eco, chispa, chocolate, y a veces "lluvia" de verano. Porque son el consejo, y el oído. Porque son ese beso que remplaza el del olvido. Porque no hace falta que pronuncien tu nombre para saber que eres tú a quien va dirigido ese: -"te hago un hueco en mi domingo".

Porque son huracán, son pasión, son egoísmo, son calma, son sensibilidad, son altruismo. Porque merecen la pena. Porque el frío no les atormenta, y no cuentas nunca en su casa como visita. Porque a su lado las heridas irrefrenables escuecen algo menos. Porque te explican la diferencia entre el supero y el olvido, Porque les importa la suma de instantes, porque los segundos ellos los miden en latidos. Porque son capaces de las reflexiones más profundas y de los más locos sinsentidos Pero sobre todo, porque al mirarse en sus ojos, uno siempre puede ver la mejor versión de sí mismo.

Si, lo reconozco, me gustan, y ojalá algún día yo pudiera ser como ellas, y que tú, a través de mis ojos, veas todo lo extraordinario que eres.