Tiéntame
7 de Febrero, 2020
Tiéntame;
como solo tú sabes hacerlo, con palabras cortas que hablan de besos eternos. Con las ganas encendidas a punto de un puto ataque de nervios. A suspiros entrecortados, dibujando el algoritmo de las ganas que nos tenemos. Imaginando que te tengo a mi lado, con la boca cargada de cientos de deseos, ávida de dar el próximo paso, temblando de ropa interior hacia adentro.
Tiéntame;
como si se tratase de derretir todo el hielo del polo en este invierno. Con las fantasías dibujando centímetro a centímetro cada poro de tu cuerpo, y la imagen de tu figura grabada en mi imaginación a sangre y fuego. Suplicándole a mis ganas, que tus muslos sean cataratas, y que mis labios encuentren la forma exacta de navegar por ellos. Fantaseando con que mañana despiertes, y hagamos todo lo que hoy no nombremos.
Tiéntame;
con el fondo de armario, ese que imagino que te arranco y te pongo, te pongo y te escamoteo. Con los nervios tiritando por la imagen de tu oasis, en medio de este maldito desierto. Clandestino en supervivencia, con la soberbia por bandera, con las dudas a punto de asaltarte en el próximo gesto. Abordando tu escudo, tu desván, tu caja fuerte,..., siendo la cerilla de este incendio.

Tiéntame;
con la curiosidad descuidada en tu perfume, mientras te mordisqueo. Con la avaricia invadiéndolo todo, mi imaginación, la tuya, mis manos, tu cuerpo. Adivinando, construyendo, diseñando. Siendo dos trenes a punto del mejor accidente que tendremos. Seamos para siempre, reporteros de guerra, jardineros de deseos, estibadores de besos, arquitectos de orgasmos obligados a veces (solo por un segundo), a poner el freno.
Tiéntame;
con esa mezcla tan nuestra de lealtad, de desorden, de confianza, de ganas, de miedos. Con mis ansias clamando venganza, deseando ser naufrago en medio de tu océano. Con tu descaro asaltando la luna, los tejados, mi buzón,..., con esa minuciosidad y determinación que lo hacen siempre perfecto. Con los cordones desabrochados, la sangre en ebullición, la envidia mirando por la ventana, los suspiros volando hacia el cielo. Con mi nariz frente a la tuya, los labios pegados, los abrazos en un ovillo, nuestros sexos flotando en un acuario, con las ganas impacientes otra vez, a punto, como decía, de un puto ataque de nervios.
Tiéntame;
y déjame que te diga, que se muy bien con quien quiero solo quitarme la ropa, y con quiero ir con el corazón al descubierto.
