Todo empezó
22 de Junio, 2018
Todo empezó como empiezan las grandes historias, sin querer, y con un corazón deshaciendo maletas.

El sol acompañaba el peor de los inviernos, ese que se produce dentro del alma, y que nunca acaba de transformarse en primavera. La luna continuaba en su mismo ciclo llorando estrellas fugaces, mientras yo, frente a la hoguera que quemaba todos los recuerdos, intentaba acalorar uno a uno, sin prisa y con esmero, ese par de miles de millones de miedos.
El cielo azul devolvía a mi almohada la realidad perdida, y la tristeza se comía una a una las ilusiones, y descubría que la buena intención no siempre garantiza un final de cuento. Intenté espiar las culpas en cada uno de esos instantes efímeros en los que enviaba un suspiro, y darle la vuelta a la vida hasta mi propio kilómetro cero. Pero por más que lo intenté, mi plan, no tuvo éxito.
Quizás por eso las letras aparecieron al rescate en el momento exacto en el corazón estuvo ávido de escribir historias. Y aunque mi boca aun tartamudeaba su nombre, aprendí a ponerle acento a la vida. A los pequeños detalles. Y descubrí, que la rutina solo era un presente, y que el fracaso solo es la oportunidad de comenzar de nuevo.
Bajé a la playa solo, y me encontré con ella, nadie importante, solo un símbolo intentando hacer exactamente lo mismo que yo, ponerle letras a una hoja en blanco. Y al apoyar el lápiz, y hacer el primer trazo, tomé la decisión más difícil, y de golpe el plan de huida se transformó en uno de reencuentro, y me encontré delante del ordenador escribiendo de las cosas sencillas, esas que día a día van construyendo la palabra vida.

Luego me volví adicto a confiar en mí y en el tiempo, y aunque todo transcurría en una realidad bien distinta, y yo, simplemente yo, era el protagonista. Veneré mis dudas, mis planes de futuro, mis sueños, di el primer paso, y me descubrí en medio de la nada, respirando hondo, sabiendo que la niebla se había ido, que no había distancias, y que era más libre que nunca.
De repente el niño que soñaba bajo un balcón con robar un beso, aprendió que la escena pasa por reconocerse desde dentro y entregar, si es que llega, todos y cada uno de tus defectos. Que la vida es amarse y dejarse amar, jugar, ganar, perder, volver a empezar. Que tan solo tú tienes tu llave maestra, y que la única persona que puede hacerte feliz es esa que al levantarte te mira a través del espejo, y siente amor a primera vista.
Gracias por hacer de versosdistraidos una página con más de 5000 visitas.
Comentarios: Es importante creer en uno mismo y aprender a quererse a pesar de que a veces el mundo sea como una conjura contra nuestros sueños. Gracias a ti. (Anónimo)